Con el propósito de buscar una protección para reducir la posibilidad de la propagación de nuevas variantes del COVID-19, las cuáles son mucho más contagiosas, el Gobierno de Alemania estudia la posibilidad de restringir los vuelos internacionales, disminuyendo casi en su totalidad los desplazamientos hacia su territorio que no sean esenciales, cerrando las fronteras como pasó durante la primera ola de esta pandemia, para lo que toma como ejemplo el modelo israelí, cuyo gobierno ha cerrado por completo al aeropuerto internacional Ben Gurion que sirve a la ciudad de Tel Aviv.
Al respecto, el ministro del Interior del gabinete alemán, Horst Seehofer, declaró al rotativo Bild que están debatiendo medidas consideradas como drásticas por el peligro que las distintas mutaciones del virus representa para la gente.
Decisiones que abarcan controles más rigurosos
Seehofer aseveró que se trata de controles mucho más estrictos en fronteras y zonas de un riesgo muy alto, razón por la que Alemania insiste a los otros países de la Unión Europea a que se tomen medidas más fuertes que rebajen la incidencia de este virus, lo que llevaría a restringir la circulación libre de los ciudadanos en caso que este propósito no se logre.
Además, Seehofer comentó que los alemanes están adaptándose a medidas muy fuertes, a tal punto que tanto los establecimientos culturales como los de ocio y hostelería están cerrados desde el pasado mes de noviembre, mientras que en diciembre no realizaron operaciones comerciales los locales comerciales no esenciales, y los colegios no han abierto sus puertas desde antes de las vacaciones navideñas.
A pesar de todo, Alemania presenta un promedio de 319 personas contagiadas por cada 100.000 habitantes, muy por debajo de la República Checa, que ostenta 1.363 casos por la misma cantidad de personas, de acuerdo a datos suministrados por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades.
Y aunque la cantidad de casos diarios registrados en Alemania ha estado descendiendo desde el 13 de enero, el gobierno encabezado por su canciller Ángela Merkel, quiere extender las restricciones que se manejan en la actualidad por lo menos hasta el 14 de febrero.